martes, 21 de junio de 2011

OJOS DE ZOMBI –del ocio en Barcelona, su violencia y cultura de lo prohibido–

SINOPSIS

En la deseada, envidiada, ansiada, querida, anhelada, pretendida y preferida ciudad de Barcelona, se está de escándalo. Ofreciéndote más ofertas de ocio de las que uno nunca abarcaría, su ritmo se te mete por la venas. Lo normal es que uno viva medianamente tranquilo, con su entorno más o menos controlado. Siempre a ese mismo compás al que uno pronto brinca por sus calles. Pero, como en todo, esta ciudad también tiene su cara B.

OJOS DE ZOMBI 
–del ocio en Barcelona, su violencia y cultura de lo prohibido–

Como zombi presencié la manera en que unas cuatro o cinco carroñeras ratas de cloaca destrozaban físicamente –desvalijándola también– a una persona presuntamente extranjera en el Carrer dels Escudellers. Nosotros, un grupo rebotado del último garito en cerrar, vimos brincar su cabeza contra los adoquines. Cuando alcancé el cuerpo sobre su charco de sangre, dos de los nuestros intentaban reincorporarlo apoyándolo contra la pared mientras alguien telefoneaba a la ambulancia.

Pero de la nada aparecieron aquellos sucios rateros. Con acento de aquí –de barrio de aquí– nos increpaban a que lo dejáramos tirado, que era un hijo de…Y aunque alguien les gritó que ya estaba bien, que lo tenían medio muerto, no atendieron a razones. Como impotentes zombis nos tuvimos que apartar de la carroña dirección ramblas.

A esa altura, nunca debí girarme. Observé cómo sus cuerpos ya se tragaban al de la víctima. Vi cómo sus brazos entraban y salían de la masa de carne a la que, arrebatándole todo, seguían machacando. Se me vino a la cabeza una de esas escenas de los documentales que tanto echan sobre vida salvaje. De cuando, en manada, los miembros ágiles se organizan para la cacería de una potencial presa. Ya a su merced, mareada de tanto zarpazo, finalmente saltan sobre ella como posesos, asegurándose las mejores vísceras. Por  supervivencia, se supone.

Como inútiles zombis, había unos diez de los miembros del mismo cuerpo policial –no exagero– con sus coches aparcados en medio del paseo. Más de uno de los nuestros saltó a informarles del hecho. Que por favor corrieran a salvarlo. En tono grave, como zombi, a uno escuché decir: ‘tenemos cosas más importantes que resolver, señorita’.

Yo, zombi, sigo preguntándome qué sería tan importante. Quizá apatrullaran en modo zombi para que no se instale ni una más de las por orden establecidas zombis estatuas humanas. Ni de las aceptadísimas y honorables prostitutas zombis de la zona. Quizá para evitar que los zombis vendan latas de cerveza a los extranjeros zombis o para asegurarse de que zombi ninguno coma, beba alcohol, escupa, orine, ande sin camiseta o, lo que sería peor, desnudo por esos lares. Desnudo fue como debieron encontrar el cuerpo de aquel supuestamente forastero, ya zombi, los mismos zombis de los servicios de urgencia.

Atraídos por la llamada, cual zombis vienen los guiris a desmadrarse ya del todo. Se les anima a acudir en rebaño y hasta las cejas ponerse desparramando billetes. En festivalones miles pueden hacerse aún más el zombi si pueden. Total, durante cuatro días que van a estar aquí, para lo que ingresos genere permisividad absoluta. Aunque no haya dos iguales, para muchos llevan el dólar en sus ojos impreso. Mientras, en ese mismo escenario, habitamos el resto con nuestros ojos de cartón en mirada de zombi.

Esta ciudad es un lugar increíble. Plena de estímulos enriquece el alma. Vente, pero, contrario a la mayoría, intenta sonsacar a tantos de los que aquí viven el brillo del que carecen en sus ojos de muerto viviente.

Parcialmente publicado en:

martes, 7 de junio de 2011

Decálogo de un fiestero. Diez consejos básicos


SINOPSIS

No es lo mismo ir que estar de fiesta. Cuando ya estás, poco se puede hacer para remediarlo. Pero al ir de fiesta puedes, con tiempo, preveer ciertas cosas que asegurarán el éxito de la misma.

Decálogo de un fiestero. Diez consejos básicos

Lo confieso, soy fiestero. Me pone muchísimo una fiesta rodeado de golfos y golfas. La planeo con premeditación y alegoría. A medida que la fecha se acerca, el nervio me carcome. Movilizo a todo el mundo. Lo publico en el facebook. Informo a los que encuentro por la calle. Amenazo con armarla cual bestia parda.

Yo soy fiestero porque el mundo me ha hecho así. Me encanta la sodomía, la lujuria y todos esos pecados. Me pongo cerdo. Afilo mis colmillos. Me paso la hostia. No paro. Hablo por los codos. Del baño a la pista y de la pista al baño. Miro al que está a lo lejos, mientras me dejo hacer por el de más acá. Seduzco a la que clavó su mirada, al tiempo que discuto con otra a mi derecha. A todo digo que sí. Y otro cubata. Ahora al baño.

Llega un momento que no recuerdo nada. La cara se me pone así, como de cartón. Al final del tercer día, no soy persona. Tras cerrar local por local, quemar todos los cartuchos, una especie de rayo cósmico atraviesa mi cuerpo y escucho mi voz interior ‘¡¡¡Tira pa casa ya!!!’ Agarro chaqueta y, con cabeza gacha, me retiro. Luz desintegradora y taxi para casa.

Pasados tantos años, algo he aprendido y diez podrían ser los consejos básicos:

1                    Aliméntate como es debido días antes. Incluso prepara comida para la vuelta. Tres días sin comer son demasiados.
2                    Selecciona bien lugar y gente con quien quieres empezar la cosa, porque del final de la misma, a priori, nunca tendrás pistas. Rodéate de esos amigos que sabes que te quieren y cuidarán de tu locura. A los pesimistas, ni los llames.
3                    Haz acopio, con suficiente plazo temporal, de las golosinas que querrás consumir. Pero nunca demasiado pronto. Corres el riesgo de metértelas antes de tiempo.
4                    Elige bien el modelito. Nada del otro mundo. Sí esas prendas que, aún ‘viejunas’, impriman la seguridad necesaria llegado el caso.
5                    Ya en el día X, tómatelo con calma. Apura el tiempo al máximo. No hay nada más desagradable que llegar el primero y siempre está bien el protagonismo de hacerse esperar un ‘tiempecito’.
6                    Empieza despacio. Tienes dos días por delante y de tu prudencia, ahora que puedes, dependerá el estado en el que acabes.
7                    En las fiestas nunca te sientes. Siempre puede apalancársete cualquier indeseado.
8                    Con el ‘morao’ en lo alto, acude de vez en cuando a arreglarte ante el espejo. Esa pinta de fresquito recién llegado es siempre un valor añadido.
9                    Si al final del segundo día tienes un prometedor planazo, márchate ahora que estás a tiempo. Pasado cierto umbral ya no habrá retorno.
10                Y si el plan no surgió, no hagas como yo. Aguanta lo posible, pero vete con tu cabeza aún alta. Evita cerrar ese último bar donde ya solo quedan los restos del fin de semana.

Fuente: http://www.blogonlyapartments.es/diez-consejos-fiesta/

El paro y la lepra. Relación si la hubiere

SINOPSIS

Hay que ver lo mucho que se te estima mientras estás trabajando y lo insignificantemente invisible que pasas a ser cuando, desde el paro, emprendes la búsqueda de trabajo. Trabajar o no trabajar, ‘that is the question’.

El paro y la lepra. Relación si la hubiere

Fácilmente caes en el olvido. Aunque trabajes a destajo dejándote la piel. Aún esmerándote en crecer mediante cursos miles y aprendiendo lo incomprensible. Saliendo siempre después del jefe a sabiendas de lo mucho que le fastidia que de otra manera sea. Tirando de carretas y carretones. Nunca premiado y normalmente ninguneado, cual papel inservible te arrugan y lanzan a la papelera.

Mientras estás en activo, para todo cuentan contigo. Te instan a realizar labores para las que no estás preparado. Te asignan más responsabilidades. Te motivan tratando de venderte motos que, de ninguna manera, te corresponderían. Prometen oro y moro asegurándote hasta vida eterna si sigues las recomendaciones. Pero la eternidad tiene otro significado en sus diccionarios. Es efímera en ese léxico. Tú, que te veías para siempre en aquellas filas, llega el día en que intuyes lo peor.

-      Arturo, vente a mi despacho –dice el jefe con tono de pocos amigos.
-      ‘A sus órdenes’ –piensas para tus adentros y de camino ya prevés la que se te viene encima.
-      Como bien sabes, la empresa está pasando por momentos difíciles y la situación actual nos obliga a prescindir de ciertos empleados –para ti ya no hace falta que continúe, pero él erre que erre– los ingresos han menguado y aunque soy consciente de la dificultad que supone el bla, bla, bla…–una hora de monólogo para terminar informándote de que no renovarás tu contrato. Vamos, que no requieren ya de tus servicios.

Cuarenta y cinco tacos y de cabeza al paro. Tres bocas que alimentar y un solo oficio tras años de servicio. Profesional hasta la médula, pero infectado de esa enfermedad tan contagiosa, el paro. Porque ser parado sería como tener lepra. Te aíslan en observación y se ponen mascarilla para atenderte en abarrotadas salas de espera. Al contarlo, la gente pone cara de asco, como de que hueles mal. Siempre dan esperanzas, pero nadie se anima a prestarte ayuda.

Tu perfil es demasiado específico y no existen ofertas que se ajusten a lo tuyo. Cuando a la desesperada dejas caer que andas buscando trabajo y comentas lo dispuesto que estás para cualquier cosa, todos dicen lo mismo. Todos.

- ¿Pero tú que sabes hacer? – preguntan con soberbia.
- Bueno, soy doctor en física nuclear y master en mecánica cuántica, pero valgo para cualquier cosa. Aprendo rápido, me comprometo al máximo y me esfuerzo en mejorar cada día –dices. Por muy elocuente que pretendas ser, lo siguiente se ve venir.
- Ahora mismo no se me ocurre nada, pero si me entero de algo te aviso –y ya sabes que eso nunca ocurrirá.

Con la misma –aunque más agravada– enfermedad, vuelves a casa. Te tomas el medicamento prescrito y mañana será otro lunes. A la sombra o al sol, pero lunes al fin y al cabo. En fin, ¿qué más dará el día?

Quizá el paro represente la oportunidad de moverte por el mundo. Si así lo crees, vete por ahí y quita ya esa cara de enfermo. 

Fuente: http://www.whattovisitinmalaga.com/es/elparo/

domingo, 17 de abril de 2011

DEL TRASIEGO POR LA VIDA


Si un hipotético observador sentado en esos bancos de mampostería que suele haber en los andenes del metro –línea tres, cuatro o cualquier otra, no importaría– observara a otro supuesto sujeto que, dentro del vagón y sometido al desplazamiento del mismo, lanzase en la vertical una posible pelota, observaría a la misma desplazarse en la horizontal a lo largo de una distancia y tiempo en suspensión que nada tendría que ver con lo que el lanzador aprecia. Es decir, muy diferentes son las vidas dentro y fuera de la máquina. Dentro o fuera, la esencial diferencia. Se suele estar animado en movimiento y tediosamente aburrido mientras, quieto, esperas tu próximo destino.

Hay que ver cómo te obnubilas cuando, desde fuera, anclas la mirada a los ojos de alguien que va dentro del vagón a punto de arrancar. Pareciera que, con la intensidad suficiente, se describiera un irrompible hilo conector tan resistente como para superar a los mismos motores que mueven los vagones. Ya engullida por el túnel, intentas grabar para siempre la imagen de esa mirada. Pero es imposible. Aquella fotografía y su recuerdo se deshicieron producto de la aceleración para no volver jamás. O cuando intentas, desde el mismo andén, observar todo lo que dentro vuela hacia su destino. En el vagón, el que mira observa cómo los ojos se te agitan con rapidez de derecha a izquierda. Como cuando lees rapidísimo, pero a la inversa. O como si, a ritmo constante, tus ojos soltasen cada imagen para volver al punto de origen a capturar una nueva.

A veces me planteo lo aleatorio de que determinadas personas coincidan en un mismo vagón. La pregunta radica en qué es lo que determina que seamos nosotros y no otros los que entraron en ese instante. Propondría celebrarlo. Irnos todos a tomar unas cañas en el primer bar al salir de una de las estaciones. No sé, en ese bar con terraza esquinada frente a Sant Antoni, por ejemplo. Podría resultar que la eventualidad del fenómeno suponga el comienzo de una prometedora relación. Que incluso montemos un colectivo de amigos que, a partir de entonces, se reúna en el mismo lugar y a la misma hora para el resto de sus días. O que nos animásemos a montar una empresa común de gran calibre.

Rodar en el metro sería como viajar a países diferentes con sus distintos climas y peculiaridades. Con la de sangre roja corres como loco por arteria principal hacia el país que está en el centro corazón que siempre bombea. La amarilla sol te dirige a esos en los que se descansa en eterno y cálido veraneo de playa. Con frío viajas en la azul, a los del norte, los del frenético trabajo. A la naturaleza de la montaña vas en la verde ecologista y, finalmente, para dirigirse a los más excéntricos en efervescente creación artística se viste uno de violeta, mezcla de rojo y azul. Así sería cómo los colores acompañan también en tu viaje.

Ligeros roces, coincidencias del espacio/tiempo, cruce de miradas, viajes encontrados, desencuentros del ir y del devenir. Colores para cada estación del alma. Al final va a ser verdad que la magia del trasiego por la vida resida más en el medio que en el propio fin.

Fuente: http://relatscurts.tmb.cat/ca/relat/lliure/4316

jueves, 24 de marzo de 2011

Afán conspiratorio


SINOPSIS

Como en aquella vieja y cansina canción con melodía operística que popularizó hasta el hastío el grupo español Olé-Olé, “conspiración, conspiración, es la manera de llegar a ti”. Y de esa manera, muchas de las teorías conspiratorias que tratan de darle sentido a lo que a nuestro alrededor acontece –aunque tremendamente disparatadas– llegan a nosotros por el atractivo literario que la simple conspiración tiene. A pesar de esto, no todas quedan  incapacitadas, porque conspiraciones siempre hubo y habrá y, por otra parte, en esta sociedad del consumo la conspiración por hacernos consumir es un siempre reiterado objetivo.

AFÁN CONSPIRATORIO

A todos los que tendemos a pensar en extrañas conspiraciones orquestadas por poderosos desconocidos para cualquier fenómeno observado en nuestra sociedad, se nos suele acusar de padecer de patológico afán conspiratorio. Es verdad que cuando los hechos no presentan un claro y evidente origen racional, lo más sencillo es buscarles rocambolescos argumentos que, muchas veces, pecan de tremendo desatino. Evidentemente, esta tendencia no es la más acertada si lo que se pretende es acercarse a la veracidad, pero ojo, dar por sentado el argumento oficial, justificarlo ciegamente porque se encuentre respaldado por oficiosos grupos de poder o pensar sistemáticamente que lo real es lo publicado en esos sospechosos medios des-informativos, sería permanecer voluntariamente a la sombra del acontecimiento.

Para cada evento de repercusión social existe siempre un firme argumento aceptado y divulgado en semejantes términos desde distintos orígenes. Al mismo tiempo, mil y una ensordecidas hipótesis minoritarias tratan de darle otra explicación alternativa. La idea con la que nos quedamos no siempre es la más lógicamente argumentada, pero sí la que más ruido hace. Esa que nos llega desde distintas fuentes como misiles des-informativos y cuyas ondas expansivas nos inhabilita para la escucha de otros posibles pensamientos. Esos otros que, por muy cercanos que estén al sentido común y a la lógica aplastante del mismo hecho, quedan menospreciados y olvidados entre el insuperable ruido de fondo.

Si lo que se quiere es la verdad, la objetividad ­ –algo del todo inalcanzable por mucho que se pretenda– habría que darle la espalda a ese pensamiento único de manera sistemática. No por improbablemente erróneo, sino por escandaloso. Esa verborrea llega más pronto que tarde a nuestros oídos y, lo más triste de todo, a nuestro inconsciente colectivo sin esfuerzo maldito. Y todo gracias a las tan sutiles artimañas que, producto de años de experimentación con nuestras debilidades, la de nosotros los consumidores, ponen en práctica  los hoy especialistas en propaganda mediática.

Si es la realidad o imparcialidad lo deseado –algo que en su totalidad nunca lograremos– deberíamos afinar nuestro oído y abrir al máximo nuestros ojos para desparramar la vista. Ver más allá y hacer acopio del conjunto de hipótesis menores por muchas que estas sean y por complicado que el ejercicio resulte. Meterlas todas, también las más absurdas, desordenadamente en el saco de nuestro entendimiento y dejar que entre ellas interaccionen para que el día menos pensado, cuando ya te habías olvidado del tema, sea el sopor de una agradable siesta lo que haga encender la bombilla que haga encajar todas las piezas.

Cuidado, en la conspiración casi nunca se encuentran las causas de nuestros problemas, pero jamás las hallaremos cuando son interesados vendedores de madres los que pretenden acercárnoslas.

lunes, 14 de marzo de 2011

Elegancia y solomillo. Relación si la hubiere


SINOPSIS

No eres bello por tu pelo, perfilados músculos ni modernas vestimentas. Lo eres por tu ser en movimiento, por lo que dices y haces. Tu elegancia aflora desde dentro hacia fuera y nunca en sentido inverso. Todo lo demás son perecederos aderezos.

Elegancia y solomillo. Relación si la hubiere

Pronunciando la palabra “elegancia”, pensamos en grandes divas: Ángela Molina, Luz Casal, Concha Piquer, Yma Zumac o Eartha Kitt, por citar algunos ejemplos. Nunca pensarías en Belén Esteban, Fabio MacNamara, Torrebruno o La Terremoto de Alcorcón como merecedores de tal distinción. Dudo de si se nace o se hace y, más aún, después de una frase que escuché y que motivó el presente post.

Valorando injustamente las cualidades de los personajes que se contoneaban frente a nuestras narices, alguien afirmó: “…no te equivoques, la elegancia es resultado de varias generaciones a base de solomillo”. Ostras, me dejó boquiabierto. Enseguida acudió a mi memoria esa odiosa frase: “de casta le viene al galgo” que, a colación, resalta las cualidades de una persona cuyas habilidades y méritos vienen impresos como característicos de su linaje familiar. Mal que nos pese, el hijo del farmacéutico heredará la farmacia, el del catedrático la cátedra y el del noble, en estos absurdos regímenes monárquicos, sus títulos y riquezas.

Riqueza y elegancia no deberían venir unidas, pero sí es verdad que en las biografías de muchos representantes de la “casta” de elegantes  –según aparecen en nuestro cultural imaginario– se encuentran reseñas históricas que los conectan con pasados de poco o ningún sufrimiento económico. La misma Real Academia, cada vez más decepcionante por poco real y tan académica, define la palabra “elegante” como dotado de gracia, nobleza –donde fallamos la mayoría– y sencillez, donde la mayoría de nobles fracasan. Pero la más reveladora de las definiciones que aporta para “elegancia”, la relaciona con la forma bella de expresar los pensamientos. Y ahí es donde elegancia y solomillo tienen su encontronazo. Porque, aunque también define elegante como la persona con buen gusto y distinción en el vestir, la inteligencia emocional necesaria para expresar galantemente nuestros pensamientos, viste y perfuma al más andrajoso.

Como ilustración, aprovecho para homenajear a uno de los personajes que más elegantemente expresó su discurso de investidura tras veintisiete años de andrajosa e injusta cárcel. Él dijo:

“Nuestro miedo más profundo es reconocer que somos inconcebiblemente poderosos. No es nuestra oscuridad, sino nuestra luz, lo que más nos atemoriza. Nos decimos a nosotros mismos: "¿Quién soy yo para ser alguien brillante, magnífico, talentoso y fabuloso?". Pero en realidad, ¿quién eres tú para no tener esas cualidades? ¡Eres un hijo de Dios! Empequeñeciéndote no sirves al mundo. No tiene sentido que reduzcas tus verdaderas dimensiones para que otros no se sientan inseguros junto a ti. Hemos nacido para manifestar la Gloria de Dios, que reside dentro nuestro. Y Él no habita únicamente en algunas personas. Habita en todos y cada uno de nosotros. Y a medida que permitimos que nuestra luz se irradie, sin darnos cuenta estamos permitiendo que otras personas hagan lo mismo. Al liberarnos de nuestros propios miedos, nuestra presencia automáticamente libera a otros.” –Madiba o Nelson Mandela, 1994–

miércoles, 9 de marzo de 2011

Protestas en el mundo árabe y falsas democracias en jaque


SINOPSIS

Las actuales revueltas populares nos cuentan que, con el poder en nuestras manos, podemos hacer girar al planeta en sentido contrario. Todo parecería determinado, inmóvil, pero viendo cómo la misma gente pone en jaque a sus gobiernos, obtenemos pistas de hasta dónde podemos llegar.

Falsa democracia en jaque

No podía ser de otra manera. El mundo musulmán está ofreciéndonos la gran lección que debemos aprender de una vez por todas. El poder es del y para el pueblo, y los que juegan a la manipulación desde ilegítimos sillones, tienen sus días contados. Por fin observamos cómo se tambalea el manido sistema que quieren hacernos tragar. Si decimos no, es que no, y ya pueden sacar toda la fuerza de sus cañones. Hoy matarán a treinta, pero detrás vienen tres mil treinta a agotar sus balas. Por fin es posible verles con cara de asustados reuniéndose de urgencia, buscando alguna manera de afianzarse en el poder. Hagan lo que hagan, está decidido. Se van por donde han venido y no hay negociación en este asunto.

Los dirigentes del resto del mundo mantienen dictaduras que interesan cuando interesa y eso pasa factura. Desestabilizan regiones vendiendo armas y metiendo el pie con oscuros negocios cuando necesitan el caos. Que lo sepan, ya no sirve la excusa del secreto de estado. Más que secreto, a voces se saben sus intenciones gracias a plataformas como WikiLeaks, esas que les van a seguir haciendo la vida imposible. Nosotros elegimos en elecciones dudosamente democráticas y nosotros decidimos qué, cuándo y cómo se hacen las cosas.

Llegó el momento en el que ya está claro que representan intereses de grandes corporaciones, bancos  y empresas que, fraudulentamente, nos roban con impunidad. No hay más que revisar las medidas que han tomado en la actual y cansina crisis económica. Hoy perdieron su credibilidad. A ellos, que juegan a la sucia política de la falsa democracia esmerados en concentrar el poder en manos de pocos, se les acaba el chollo. Podrán censurar información, encerrar en cárceles a líderes populares y hacer más ruido para que sus voces no se oigan. Afortunadamente, detrás vienen otros a tocarles lo que ya saben. Sin tregua, sin compasión. No hay marcha atrás.

Nosotros, los ciudadanos del norte, parecemos soberanamente estúpidos. Tan eruditos y engreídamente civilizados que creemos ser, fácilmente nos engañan con la verborrea propia de la tecnócrata economía. La que han inventado para que no nos enteremos de nada. Nos hablan de política económica, nunca social. De cifras que jamás seremos capaces de manejar en nuestras limitadas conciencias. Nos atontan con absurdos espectáculos futbolísticos. Nos hipnotizan con inmejorables propagandas neoliberales. Atolondrados por el agotamiento, nos vamos a la cama para mañana acudir a nuestros trabajos –los que tienen uno– y repetirnos en la hora del café, literalmente, el argumento que nos enseñaron en la tele, el periódico o la radio. Es el mismo en distintos formatos. Dejemos ya de creer en la pluralidad de los medios, porque la mayoría son las voces de esas empresas que ansían el poder. Y, por favor, que las revueltas de Túnez y Egipto representen, por fin, el principio de un imprescindible cambio.


Fuente: http://www.whattovisitinmarrakech.com/es/mundo-arabe/

lunes, 28 de febrero de 2011

Rajoy y Tejero en Canarias

SNOPSIS

Canarias elegida por Tejero y Rajoy para pasar esta semana. ¿Se habrán visto estos dos personajes de la vida pública española?

Rajoy y Tejero en Canarias

Como dice el titular, ambos personajes han compartido la Comunidad Autónoma Canaria en una ajustada semana. Si amistosamente se han reunido o no permanece en la incógnita, pero este hecho sí daría para elucubrar un posible titular: ‘El PP y el 23-F, relación si la hubiere’.

Acto electoral del PP en Las Palmas de Gran Canaria
Mariano Rajoy, ese de muy dudoso carisma líder de la derecha más recalcitrante de este país, ha visitado la capital de la Provincia de Las Palmas para participar en uno de los primeros –si no el enésimo en este siempre en campaña pueblo– actos electorales. El mismo, se ha celebrado en la atestada por muchos convocados a cambio de bocadillos, Institución Ferial de Canarias de Las Palmas de Gran Canaria.

Objetivo, presentar los candidatos del PP a los 21 municipios que tiene la isla para las próximas elecciones autonómicas. En tal acto, se le ha escuchado soltar perlas del tipo: ‘cercanía, atención a los problemas de la gente y austeridad para cuidar el dinero del contribuyente’, además de que la política social de su partido es ‘la creación de empleo’.

Eso sí, ni palabra de su personal vara de medir para el grado de corrupción al apoyar tan fervorosamente la candidatura de Francisco Camps en Valencia, ni de los recientes e injustificables insultos a los discapacitados de este país por parte de su colega Celia Villalobos.

La ‘parranda’ del PP se pasea por Las Palmas de Gran Canaria
Rodeado del mil veces imputado líder del PP regional, José Manuel Soria; la presidenta insular del PP en Gran Canaria, Australia Navarro; el candidato por el susodicho partido al Cabildo de Gran Canaria, José Miguel Bravo de Laguna y el del mismo color candidato a la alcaldía de Las Palmas de Gran Canaria, Juan José Cardona –así como de múltiples cargos orgánicos y militantes de la nombrada formación– se le vio echando pecho y haciendo temblar de miedo –una vez más– a la tan maltratada opinión pública canaria. De primera mano se sabe que la ‘parranda’ que formaban más tarde por la avenida de la playa de Las Canteras, dejaba mucho que desear.

Tejero también visita Canarias
Por otra parte, Antonio Tejero, aquel famoso por el ‘¡¡¡…se sienten, coño!!!!’ a pistola en mano del 23 de Febrero de 1981, celebró el 30 aniversario de tal fallido atropello a las libertades –junto a su mujer, Carmen Díez Pereira– en el hotel Sol La Palma de los Llanos de Aridane, isla de La Palma.

Tejero leyó la prensa por Internet y hasta se tomó una ‘copita’ mientras disfrutaba tranquilamente de uno de esos espectáculos para extranjeros que este tipo de hoteles ofrece. Pero a las 22,15 horas se encerró a cal y canto en su habitación por miedo a la inevitable presión de la prensa aglutinada al pie de su ventana. Esa a través de cuyas cortinas, de vez en cuando asomaba su cara mientras fotógrafos y reporteros esperaban alguna posible noticia de manos del protagonista.

No fue posible fotografiarle luciendo el bañador de cuadros verdes ni tan bronceadamente como dicen se le vio a pie de piscina, pero sí junto a su mujer compartiendo el ordenador comunal con el que el hotel cuenta en su recepción.

La que sí hubiese sido una foto para la posteridad, sería la que describiese el vector con el que unir al actual Partido Popular español y al triste acontecimiento conmemorado hace dos días. Aunque por todos es sabido que la actual derecha española es la que fue, la coincidencia de ambos líderes –el del batallón de la guardia civil que irrumpió en las cortes y el otro que hoy lo ha hecho en Gran Canaria– daría mucho que pensar.

viernes, 18 de febrero de 2011

InfoJobs o el oportunismo de grandes magnates del poder


SINOPSIS

¿Harto ya de tanta mentira? ¿Harto de tanta manipulación? Que lo sepas, somos nuestros propios libertadores. Deja de confiar en este sistema mal llamado democrático. Libertad, ninguna. Obediencia y sumisión, toda. Aprendamos a distinguir propaganda de información. Si InfoJobs pretende fusionar los conceptos de “Información” y “Trabajo”, mentira. Nunca nada estuvo más lejos de la realidad.

InfoJobs o el oportunismo de grandes magnates del poder

Lo que faltaba por oír. InfoJobs, iniciativa para la gestión informática en la búsqueda de trabajo por desempleados y de potenciales trabajadores por empresas, es uno de esos tantos despropósitos en esta sociedad de la reiterada contradicción. A partir de ahora, si a través de ellos quisieras buscar empleo y que tu CV llegue a ser leído por esas empresas, debes ingresar una cuota. Aunque quedes pasmado tras saberlo, esta empresa pertenece a miembros del Opus Dei, o sea, imposible encontrar en este servicio ciertas actividades de “sospechosa” moralidad religiosa. Te lo digo como lo siento. Estamos todos jodidos.

Resulta que se lucran de la necesidad de tantos pobres desamparados. No, no es nada nuevo que de la penuria ajena se aproveche más de un listillo. Desde las mismas oficinas del INEM me instaron a ingresar en este servicio que ellos mismos, de la mano de tales sinvergüenzas, pusieron a mi disposición. Es más, llegaron a sugerirme que la mejor manera de encontrar trabajo sería esta y no otra.

Queridos señores del dinero, ¿os estáis quedando con nosotros o que c. pasa? Yo no es que tenga muchas luces. Lo cierto es que las justas para respirar, comer y dormir. Pero de olfato voy bien servido y esto apesta. Desde ya les comunico que en ese portal de búsqueda se va a registrar su p. madre. Hoy, sabiendo lo que sé, no espero que sean ustedes los que generosamente me saquen de mi propia miseria. Nunca lo hicieron y muchísimo dudo que ocurra en el futuro. Viendo como las gastan, nadie podría pensar que algo bueno surja desde sus filas. Para ustedes sí, claro. Lo suyo es ganar y nunca perder. Lo de ustedes es sacarnos el jugo hasta la última gota para, una vez completamente secos, pegarnos un definitivo golpe de gracia. Ese que te deja en inconsciente estado de coma de una vez por siempre.

Aquí el que no corre, vuela. Desde ya debemos pensar que estamos solos, completamente solos. Que desde los sillones del poder nadie piensa en ti, pero sí en ellos mismos y su propia familia. Que la situación es crítica y que no se resolverá por iniciativa de tremendos impresentables jugadores de la ordenada alternancia de poder.

Lo que hoy vivimos es un muy sutil estilo dictatorial. El de los partidos, grandes empresas y corporaciones. Detrás de la tan vapuleada “democracia” - cómo no, entre comillas - se esconde la más mezquina y repugnante intención de dejarnos mudos y sordos. Acojonados. Tú sal poco, pero cuando lo hagas ve directamente a un centro comercial y compra. Consume aquello que no necesites ni puedas pagar y vuélvete corriendo para casa.

Estos nunca aconsejarían viajar a Berlín, por ejemplo. Su mensaje viene a decir que te encierres tras tus rejas y enciendas la tele. Coge aire y mantenlo así, adentro, hasta que no puedas más. Luego expúlsalo del golpe. Sin gritar. Y si aún quisieras hacerlo, que sea bajo el agua. Sin que nadie te oiga.

viernes, 4 de febrero de 2011

Natan Nexus y el petardeo moderno

SINOPSIS

Busca a Natan en myspace.com/natannexus o en soundcloud.com/natannexus. Escucha sus sesiones y luego resístete, si es que puedes, a buscarlo por Barcelona y disfrutar de sus directos. En alguna de las fiestas y garitos Barceloneses, Natan pone la guinda. Generosamente da lo que otros muchos quitan.

Natan y el petardeo moderno

Muchas cosas no cuadran. Tanto local, dj y camello por metro cuadrado da que pensar. Imposible que la mayoría sean buenos. Y si alguien cree lo contrario, que me diga dónde están.

En la fiesta no todo vale. Un buen local garantizaría aquello por lo que sus clientes acudirían. Precios justos de entrada o gratuidad; la misma justicia para los precios de sus consumiciones; instalaciones que permitan cómoda distensión;  valiente permisividad para alojar camellos de buena droga y para su discreto consumo; mínimo de calidad en el sonido al que ofrecen su música y bien pagados djs que, por su genialidad, aporten esa personalidad única que nos haría repetir. Me atrevería a afirmar que cumpliéndose los dos últimos requisitos, el éxito del garito ya estaría asegurado. Sí, calidad de sonido y personalidad. Algo sencillo, pero tan difícil encontrar en locales y djs de esta ciudad.

Entre la aburrida homogeneidad de la informe masa constituida por la infinidad de djs aquí residentes, la idiosincrasia de Natan destaca aportando esa singularidad de la que se benefician algunos de nuestros locales. No es normal observar músicos de carrera (viola, viola barroca y música de cámara) pinchar en ambientes como el de El Barato o Puerto Hurraco. Pero sí, a Natan no se le caen anillos ni otras alhajas y apalanca su instrumento para adueñarse de la mesa de mezclas. Además en el Moog, durante la reciente conmemoración del día internacional del SIDA organizado por el colectivo FAGC-Barcelona, tuvimos la oportunidad de verle empuñar esa viola para acompañar lo que él mismo pinchaba. Perfectamente recuerdo como la actriz María Vera, genialmente interpretó, en riguroso directo, la intro del tema “Bolero del Raval” y un extracto de “4:48 Psychosis” de Sarah Kane. 

Así suele ser, un texto de inesperada profundidad y soberanamente desarrollado por artistas amigos, introduce cada tema. Generador del ambiente preciso, actúa como dilatador de nuestra percepción cognitiva para conducirnos sin resistencia, lubricadamente, hasta su clímax. Y así es como lo ves, con su cara de extranjero - al ser Bydgoszcz, Polonia, la ciudad en la que nació y crió desde 1973 - sorprendiéndonos a todos ante su particular manera de hacernos bailar.

Sus composiciones ejercen ese poder que incita a dejarse llevar, abandonarse y viajar en cuerpo y alma. Lo sorprendente del sello impreso es la valentía de esa frescura que nos conduce, a su vez, a épocas pasadas. A trabajos como los de Fabio MacNamara y Pedro Almodóvar, aunque con mayor trasfondo electrónico, lo que hoy propongo denominar “petardeo moderno”. De igual modo, este artista es capaz de ofrecerte el movimiento I del VI Concierto de Brandemburgo (Johann Sebastian Bach) o un fragmento de la ópera “Orfeo” (Monteverdi). En definitiva, aquello que nunca se atreverían a hacer los constituyentes de la sarta de aburridos y predecibles djs que mal pinchan en esta ciudad.

Si pasas por Barcelona, observa y disfruta de todo lo que encuentres, pero cuando por fin te topes con un directo de Natan, dime si no estoy en lo cierto.

Fuente: 
http://www.blogonlyapartments.es/natan-nexus-petardeo-moderno/

martes, 1 de febrero de 2011

Pajas mentales en nuestras relaciones personales

SINOPSIS

Es conocer a un maromo con quien quisiera tener algo más que un simple polvo y, al volverlo a llamar, mutis por el forro. Mientras más insisto, más silencio recibo. ¿Hay alguna manera de resolver esta generalizada incomunicación?

Pajas mentales en nuestras relaciones personales

Yo, separada y con tres chiquillos machos todos seguiditos. A pesar de la experiencia a mis cuarenta y dos primaveras, hay que ver lo desarbolada que voy por la vida. Pero si tengo más apetito sexual que cuando vestía y peinaba como Alaska, allá por los horterísimos ochenta. Normalmente sacio esa sed despatarrada ante cualquier estúpido programa de viernes noche y devorando los deliciosos bollos de anís de la dulcería de abajo. Por cierto, qué bueno que está el panadero y sus bollos, pero vaya putada me han hecho - su feroz mujer y él mismo - abriendo ese inoportuno negocio tan cerca de mi insaciable ansiedad.

“Dos docenas de bollos, Marquitos”. Es escucharse mi voz desde la trastienda y aparecer esa fiera felina que tiene por mujer. “Ya la atiendo yo, Marco Antonio. Saca las napolitanas del horno, que deben estar a punto”, ordena sin quitarme ojo. Comprensible es su actitud, sabedora que lo más apetecible en su local es ese siempre espolvoreado de harina querubín que tiene por marido y de la entonación y brillo en la mirada que las clientas ponemos cuando hambrientas acudimos. No, no me como yo todos los bollos. Una de las docenas es para mis energúmenos hijos. Tranquilamente me zampo yo la otra tras engañar a mi conciencia con la convicción de que mañana mismo continuaré con los vídeos de la Jane Fonda. Pero hoy es mi día. Nadie se interpondrá. Como diría Martirio, “hinco el coño en el skay y no me levanta ni dios”.

Posteriormente arrepentida, últimamente me aborda la misma reflexión. ¿Qué demonios está pasando? Todo se dio la vuelta. Los machos a mi alrededor actúan cual egocéntricos hombres florero. Siempre a la expectativa. Pasivamente esperan cual figurines a que una los saque a bailar. Tenemos que ir decididamente hacia ellos como en uno de esos spaghetti-westerns. Andar de piernas arqueadas, mano en pistolera y melodía de lejano oeste silbada de fondo. “Hola guapo, ¿bailas?”. Entonces él tartamudea de inseguridad y, en el mejor de los casos, la cosa termina en polvo.

Siempre que pasa lo mismo, pasa igual. Tras llamarlos pasados unos días, no recibo respuesta o sólo estúpidas excusas que no hay dios que las crea. Raramente, alguno se comunica con sinceridad y, al hacerlo, habla por todos. Que si no está preparado para una relación, que si es muy receloso de su intimidad, que si tiene que resolver mil cuestiones antes de lanzarse, etcétera. Y yo me pregunto, ¿pero quién les ha dicho a estos narcisistas que pretendo una relación con ellos?

De una vez por todas, que se enteren mis amantes. Sólo busco cómplices. Vamos, simples aliados de guerra. Yo también tengo problemas y para nada los quiero metidos en mi casa. Pero, miércoles, retocemos de vez en cuando, que la Jane Fonda hizo muchos vídeos, pero pronto se me acaba el repertorio.

Se acabó. Dejo a los niños con su padre y me voy pa Marrakech. Puede que alguien allí me ayude a adelgazar los kilos de bollos deglutidos.

Fuente: http://www.whattovisitinmarrakech.com/es/masturbaciones-mentales/

jueves, 27 de enero de 2011

Esclavos de la moda. ¿Cansado ya de pantalones tan cagaos?

SINOPSIS

Nosotros, con nuestro estilo personal, estamos aquí porque tiene que haber de todo. En la disparidad de formas y colores se encuentra nuestro mayor tesoro. Pero cuando nos vemos haciendo y pareciendo, todos a una, la misma tontería, aflora nuestra insustancialidad y perece la genialidad del que vive dentro de nuestra carcaza. No a la homogeneidad impuesta por la moda y un mayúsculo SÍ a la heterogeneidad de nuestros seres.

Esclavos de la moda. ¿Cansado ya de pantalones tan cagaos?

Qué moderno llevar esos pantalones con el cinturón a las rodillas. Con calzoncillos tan monos, que se vean del todo. Qué macas esas playerotas desamarradas de escatero con calcetín a medio tobillo. Hay que ver lo que molan esas camisetas un poquito ajustadas y con serigrafías imposibles. Ese peinado que, aparentando descuidado, sólo se logra tras horas de espejo y aplicación de ciertos productos. Unido a una coreografía de esquizofrénicos movimientos de dedos y cabeza. Intentando lograr ese efecto. Como de haberte pillado desprevenido, recién levantado. Pero limpio y perfumado.

O esas rastas de extrañamente extremado, incluso diría sospechoso, estético desorden. Como si, tras rodar por esas eternas escaleras que suben la cúspide de una de esas inmensas pirámides egipcias, las rastas se dejasen caer así. Se colocasen solas tan atractivamente. Todo acompañado de esos estratégicamente posicionados pírsines (creo que es así como se puede escribir a partir de ahora según la RAE), pendientes y otros abalorios. Ah, y siempre junto a distintos tattoos (¿qué pensará la RAE sobre esta palabra?) de no menos sospechoso y siempre mal argumentado imaginario. Por cierto, no nos dibujemos más tribales de esos tipo célticos. Ya están muy vistos.

Tanto maqueo, tanto tuneo, tanta dedicación a la imagen externa, tanta pérdida de tiempo y tan poca funcionalidad convierten, en ciertos casos, a muchas de las propuestas de estas pasajeras modas en reales fuentes de peligro. A ver, por ejemplo, salir apresuradamente huyendo de la policía vistiendo esos pantalones que producen el efecto de estar en una carrera de sacos y con playerotas que, por desabrochadas se salen, es misión imposible. Bueno, a favor de sus defensores he de decir que muchos se han adaptado tan bien a la moda de pantalones tan cagaos, que han adquirido gestos y posiciones corporales características. Maneras de andar, correr y bailar dignas de ser reconocidas como futuras disciplinas olímpicas. Como si de una nueva modalidad de marcha atlética se tratara.

A veces uno lleva un conjunto de prendas y complementos que directamente lanzan el siguiente mensaje a quien observa: “el estilo que ahora llevo no es el mío, es el de otros que vi un día por la calle o por la tele y me gustó, pero yo no soy así”. Cuando esto ocurre - quien niegue que le haya pasado alguna vez miente - es cuando nos convertimos en víctimas de la moda (o fashion victims). Dejamos de ser uno mismo, con nuestras características y limitaciones, para convertirnos en nuestra parodia. En una mala versión de nosotros mismos. Sobreactuados. Como asesorados por un mal guionista.

El truco podría estar en conciliarnos con el entorno. Podría ser que a medida que uno adquiere mayor grado de aceptación de todo lo que le es extraño, ajeno, más acepta su propia naturaleza. Viajar lejos nos obliga a integrarnos en otras sociedades, otras culturas. A aprenderlas y asimilarlas. En definitiva, a reconocernos a nosotros mismos. Vete a Helsinki por ejemplo y luego vuélvete a casa siendo más tú.

Fuente: http://www.only-apartments.es/noticias/esclavos-moda/

martes, 18 de enero de 2011

Mentiras camufladas en forma de ciencia. LA CAPA DE OZONO

SINOPSIS

Esta serie de artículos pretende acercarte opiniones minoritarias. La mayoría de ellas silenciadas bajo la estruendosa verborrea mediática. Nadie es poseedor de la verdad y la teoría científica que hoy explica cierto fenómeno, mañana será desechada por otra que mejor se acerque a la esencia del mismo. En este contexto, la alarma social suscitada ante aquella supuesta reducción de la capa de ozono, puede hoy formar parte del anecdotario de nuestra historia reciente. Por ser esta una de las tantas mentiras camufladas en forma de ciencia.

Mentiras camufladas en forma de ciencia. La capa de ozono

Aquella alarma por la reducción de la capa de ozono atribuida al CFC (clorofluorocarbonos), sería otro de esos mitos que tanto nos gusta creer. El modelo suele repetirse: alarma social ante riesgo inminente (reducción/desaparición de la capa de ozono), localización de un culpable (los CFC) y establecimiento de medidas (eliminación de los CFC). Pero al mismo tiempo promoviéndose el consumo de otros muchos productos que, por cierto, son análogos a los mismos CFC de marras.

Silenciadas bajo el bombardeo mediático, hubo y hay voces que vienen a contarnos que tal “agujero” existía, existe y existirá desde y para siempre. Que se hace grandísimo algunos años reduciéndose a tamaños inesperados en otros. Todo debido a naturales variaciones anuales, estacionales, mensuales, semanales, diarias y horarias en la concentración del ozono atmosférico. Vamos, que la relación CFC / tamaño del “agujero” no estaría tan clara.

“Agujero” entre comillas por tratarse de una reducción en la concentración de O3 (ozono), y nunca de esa imagen en nuestro subconsciente colectivo de una oquedad como tal. Por otra parte, hablar de capas no sería tampoco acertado al no existir tal distribución ideal entre los gases que, junto al O3, conviven en la atmósfera.

En 1985 se lanzó la alarma. Mensajes catastrofistas. ¡¡¡Vamos a morir!!! La capa de ozono desaparece por culpa del CFC. ¡¡¡Los rayos ultravioletas nos desintegrarán!!! Gran campaña mediática. Tratados internacionales para no producir el venenoso enemigo.

Se sabe que, hasta hoy, el efecto de las medidas llevadas a cabo tras avalar esos tratados no es significativo. Pero aún así, la NASA afirma que, de no haberse firmado, dos terceras partes de la dichosa capa habrían desaparecido; hubiese aumentado un grado la temperatura mundial; la radiación ultravioleta aumentaría seis veces y apenas cinco minutos de exposición al Sol supondrían quemaduras en la piel. Al mejor estilo adivinatorio, afirma también que las tormentas de verano del Hemisferio Norte serían muchísimo más poderosas, aunque raramente acierte con la predicción climatológica para el próximo fin de semana.

Como tantos fenómenos naturales, los factores que afectan a la concentración de O3 son diversos. Algunos tan naturales como la emisión de cloro molecular (Cl2) durante las erupciones volcánicas. Pero ejerciendo esa simplicidad a la que nuestra torpe naturaleza nos condena, buscamos un - y sólo un - posible enemigo. Según el paradigma, radicales libres de cloro (Cl-) escindidos del CFC por acción de los rayos ultravioleta reaccionarían con la molécula de O3 destruyéndola. Olvidándose así de las toneladas de Cl2 emitidas ayer, hoy y siempre por innumerables volcanes y que, mediante el mismo mecanismo, generan Cl-. Si bien el mecanismo descrito por aquellos que obtuvieron el Nobel de química en 1995 sería correcto, su relación con la producción del supuesto “agujero” hoy no estaría demostrada.

Quizá viajando por ahí alguien te demuestre la vigencia que sigue teniendo el comentario del científico Haroun Tazieff valorando ese Nobel: “…es muy lamentable comprobar la velocidad a la que está desapareciendo la honestidad científica…”. Así, el creciente “agujerito” podría localizarse, más bien, en nuestro propio conocimiento.

Fuente: http://www.whattovisitinmalaga.com/es/capa-ozono/

lunes, 17 de enero de 2011

LOS GORRONES. Aves carroñeras en indudable expansión

SINOPSIS

No sé si será por lo de la crisis financiera esa, pero cada vez abundan más. Depravados rácanos que, curiosamente, mientras más tienen más practican el parasitismo. Los protagonistas del siguiente relato, aunque de sus nombres no puedo ni quisiera acordarme, son de carne y hueso. Vamos, que su parecido con la realidad, para nada pura coincidencia.

Los Gorrones. Aves carroñeras en indudable expansión

Ocurrió un viernes que salí ansioso por conocer gente nueva. Como no me cuesta nada relacionarme, y menos con cuatro cubatas encima, enseguida entablé relación con una parejita de lo más mona. Yo no sé a quién gusté más, si a él o ella, pero enseguida me adoptaron. Se sinceraron conmigo hasta el hastío. Que si se conocieron en idílico crucero, que si estuvieron viviendo en Nueva Zelanda, que si él dj y ella peluquera, que si residían en estupendo ático con terraza, etcétera. Tonto de mí, me sedujeron desde la segunda rimbombante exuberancia de la que hacían alarde.

Todo iba genial y más aún cuando no escatimaban en acertadas adulaciones. “Pero qué majo que eres”. “Para nada pareces tu edad”. “Se te ve como uno de esos maduritos tan interesantes”. “Un día vienes a comerte una paella”. En fin, no hacía falta tanto cuando me habían ganado desde la primera. Pero ellos, dale que te dale.

Cuando percibieron que mi ojo derecho ya se gobernaba solo y que al hablar se me escapaba algún estúpido balbuceo, me invitaron a lo único que se dignaron en toda la noche. Un chupito. Mientras, yo, venga a sacar rondas de cubatas. Ingerido el tequila, se les despertó ipso facto un voraz apetito por algo más fuerte y, muy viva ella, enseguida lo organizó llamando al camello. Apareció por arte de magia y después de dudosas cuentas dijo: “veinte por barba”. Curiosamente, al contrario de lo que cabría esperar tras tanta ostentosa verborrea, sólo reunían cinco entre ambos, por lo que, convenciéndome que en cuanto saliésemos del bar aportarían su parte, yo puse el resto.

Dos imperceptibles líneas por él preparadas y me animaron para ir a otro local muy chulo. Inesperadamente, una luz se me encendió por el camino y comenté la buena oportunidad para pasar por un cajero. Cuál sería mi sorpresa cuando, tras buscarse por todo lado, ninguno había traído la tarjeta. Es decir, no sólo no pagarían en ese momento, sino que, generosamente, me veía obligado a pagarles la entrada (quince eurillos por patilla) a la moderna discoteca. Mil veces asegurarían devolverme lo prestado.

Ya dentro, largo rato pasó durante el que yo practicaba el baile de la mano tonta (otro día te explico con más calma), mientras ellos se escondían. Cuando más caliente estaba, correspondido por otro que tampoco iba descalzo, se acercaron a despedírseme con cara de aburridos. Mis ganas por quedarme solo con el nuevo pavo me llevaron a plantarles sendos besos en sus más que caras, carotas, y aún fingí cierta pena, lo que ellos compensaron afirmando que mañana mismo llamarían para redimir cuentas.

Tras un mes ya no espero llamada, dinero, bolsa ni paella alguna. Pero si bien yo, aunque arruinado, entablé prometedora amistad con el otro maromo, algo me dice que éstos siguen tristemente aburridos y nunca fueron ni tan mona ni tan interesante pareja. Más bien desgraciadas y feas víctimas de su codicioso vicio e insignificante amor propio. Y es que si gorroneando perjudican la salud de los que a su alrededor estamos, en su soledad más marchitan, sobre todas las cosas, su propia autoestima.

Fuente: http://www.blogonlyapartments.es/los-gorrones/