miércoles, 9 de marzo de 2011

Protestas en el mundo árabe y falsas democracias en jaque


SINOPSIS

Las actuales revueltas populares nos cuentan que, con el poder en nuestras manos, podemos hacer girar al planeta en sentido contrario. Todo parecería determinado, inmóvil, pero viendo cómo la misma gente pone en jaque a sus gobiernos, obtenemos pistas de hasta dónde podemos llegar.

Falsa democracia en jaque

No podía ser de otra manera. El mundo musulmán está ofreciéndonos la gran lección que debemos aprender de una vez por todas. El poder es del y para el pueblo, y los que juegan a la manipulación desde ilegítimos sillones, tienen sus días contados. Por fin observamos cómo se tambalea el manido sistema que quieren hacernos tragar. Si decimos no, es que no, y ya pueden sacar toda la fuerza de sus cañones. Hoy matarán a treinta, pero detrás vienen tres mil treinta a agotar sus balas. Por fin es posible verles con cara de asustados reuniéndose de urgencia, buscando alguna manera de afianzarse en el poder. Hagan lo que hagan, está decidido. Se van por donde han venido y no hay negociación en este asunto.

Los dirigentes del resto del mundo mantienen dictaduras que interesan cuando interesa y eso pasa factura. Desestabilizan regiones vendiendo armas y metiendo el pie con oscuros negocios cuando necesitan el caos. Que lo sepan, ya no sirve la excusa del secreto de estado. Más que secreto, a voces se saben sus intenciones gracias a plataformas como WikiLeaks, esas que les van a seguir haciendo la vida imposible. Nosotros elegimos en elecciones dudosamente democráticas y nosotros decidimos qué, cuándo y cómo se hacen las cosas.

Llegó el momento en el que ya está claro que representan intereses de grandes corporaciones, bancos  y empresas que, fraudulentamente, nos roban con impunidad. No hay más que revisar las medidas que han tomado en la actual y cansina crisis económica. Hoy perdieron su credibilidad. A ellos, que juegan a la sucia política de la falsa democracia esmerados en concentrar el poder en manos de pocos, se les acaba el chollo. Podrán censurar información, encerrar en cárceles a líderes populares y hacer más ruido para que sus voces no se oigan. Afortunadamente, detrás vienen otros a tocarles lo que ya saben. Sin tregua, sin compasión. No hay marcha atrás.

Nosotros, los ciudadanos del norte, parecemos soberanamente estúpidos. Tan eruditos y engreídamente civilizados que creemos ser, fácilmente nos engañan con la verborrea propia de la tecnócrata economía. La que han inventado para que no nos enteremos de nada. Nos hablan de política económica, nunca social. De cifras que jamás seremos capaces de manejar en nuestras limitadas conciencias. Nos atontan con absurdos espectáculos futbolísticos. Nos hipnotizan con inmejorables propagandas neoliberales. Atolondrados por el agotamiento, nos vamos a la cama para mañana acudir a nuestros trabajos –los que tienen uno– y repetirnos en la hora del café, literalmente, el argumento que nos enseñaron en la tele, el periódico o la radio. Es el mismo en distintos formatos. Dejemos ya de creer en la pluralidad de los medios, porque la mayoría son las voces de esas empresas que ansían el poder. Y, por favor, que las revueltas de Túnez y Egipto representen, por fin, el principio de un imprescindible cambio.


Fuente: http://www.whattovisitinmarrakech.com/es/mundo-arabe/