lunes, 17 de enero de 2011

PsicoNeuroInmunología, la ciencia que conecta mente y enfermedad

SINOPSIS

“Bernard tiene razón. La semilla no es nada, el terreno lo es todo” – dijo Pasteur en su lecho de muerte poniendo fin a su encarnizada discusión con Claude Bernard. Este último defendió siempre el equilibrio interno como clave en el desarrollo de una enfermedad frente al origen microbiano en el que creía el otro. Las enfermedades surgen como consecuencia del desequilibrio de los “humores internos”, había dejado entrever anteriormente Hipócrates. También afirmó que la salud se recupera con buena alimentación y buen reposo de cuerpo y alma. ¿Aún necesitamos de más pistas?

PsicoNeuroInmunología, la ciencia que conecta mente y enfermedad

Psiconeuroinmunología o psiconeuroendocrinoinmunología. Palabras largas, pero esclarecedoras. El estado psicológico, el neurológico, el endocrino y el inmunológico. Todos están interconectados y la nueva ciencia que estudia sus relaciones es ésta. Mucho estaba tardando la aparición de una disciplina que aúne otras que, separada muy separadamente, han investigado sobre los procesos conducentes al desarrollo de una enfermedad y a la restauración de la salud. Es algo que se conoce desde siempre, pero hasta que no se le pone nombre pareciera como si no existiese. De tu fortaleza psicológica, neurológica, endocrina e inmunológica dependerá tu salud hasta tus últimos días. Y no hay que ser doctor en profundas disciplinas para intuirlo.

Tú piensas en positivo y tu entorno se torna positivo. Parece sencillo y lo es. Cuando las distintas doctrinas científicas tanto se esmeran en aislar la dichosa molécula que creen será la panacea para cierta dolencia o problema biológico, resulta que la importancia nunca estuvo en ella, sino en su relación con todas las demás. Sacarla de su entorno es dejar de entender. Uno solo de tus pensamientos activa una cascada de procesos moleculares que pueden conducirte al desarrollo de un estado u otro de salud. Cuando estás triste tus pensamientos positivos te sacan de ahí. Algún día ocurre que, aún feliz, un gesto o palabra negativa transforman radicalmente tu estado de ánimo. Cuando llegas a casa, posiblemente un estornudo actúa como primer síntoma y si no cambias radicalmente tu esquema mental, la has cagado, caíste enfermo.

Muchísimo más de lo que creías, tus ideas y emociones afectan a tus moléculas y a tu salud física. Aunque cueste asumirlo, lo que piensas afecta a todo lo que sucede a tu alrededor y lo que aquí haces hoy incide directamente sobre otras personas alejadas. No, no pongas cara de incredulidad. Está clarísimo. Nuestras ideas, creencias y esperanzas influyen sobre nuestra salud y la de los demás tanto o más que la exposición a determinados agentes tóxicos o patógenos. Haces reír y te hacen reír. Eres generoso y lo son contigo. Das salud y obtienes salud. Hoy das un grito y en milisegundos escuchas un portazo en la lejanía.

Esta idea nos regala la posibilidad de convertirnos en agentes activos. Olvídate de encontrar gurús que te saquen de tus miedos. Actúa y no esperes pasivamente que vengan a ayudarte. Sin duda,  las influencias más importantes que ejercemos sobre nuestro organismo sean nuestras propias esperanzas y motivaciones. Así, siempre obtenemos aquello que creemos va a suceder y que decidimos va a sucedernos a través de nuestro pensamiento. Nuestro ritmo respiratorio o cardíaco, la densidad de nuestra sangre, las válvulas digestivas que se abren y se cierran. Todo depende de nuestras emociones, las cuales ejercen una acción directa sobre nuestro estado físico.

Un buen comienzo podría ser viajar y disfrutar de lugares como Marrakech, por ejemplo. No en tantos lugares se goza de su benefactor encanto y podría ser inmejorable lugar para experimentar, en tus propias carnes, el mensaje que trata de transmitirnos esta ciencia nueva.

Fuent: http://www.whattovisitinmarrakech.com/es/psiconeuroinmunologia/

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