lunes, 17 de enero de 2011

VIEJOS NIÑATOS DEL MUNDO GAY

SINOPSIS

Saber estar en tu espacio-tiempo es una de las mayores virtudes. La sublime e irrepetible elegancia de tus movimientos radica en su naturalidad. Los disfraces y caretas confunden. Limpiando tu cara y permitiendo a los demás atravesarte a través de los ojos  te convertirá en mejor persona. Y es que la honestidad de tu transparencia siempre te será recompensada.

Viejos niñatos del mundo gay

En el mundo gay nada es peor que ser viejo. Tan esclavos somos de la imagen, que pretendemos parecer niñatos durante toda nuestra vida. El patetismo al que esta tendencia conduce sólo se percibe tras cierta distancia. Cuando revisas aquellas fotografías tan inoportunamente realizadas. Aparecías con esos pantalones tan cagaos, las bambas de escatero, la camiseta de colorines y el flequillo repeinado. Todo aún cuando las carnes ya colgaban entreviéndosete la raja del culo, tu barriga hacía asomar el ombligo por debajo de tan ajustada camiseta y ya estabas más calvo que otra cosa, lo que convertía tu flequillo en absurdo apósito. Por si fuera poco, esta obcecación por rechazar la madurez siempre conduce a fijarnos, para las relaciones afectivas, en personas mucho más jóvenes. Con el perjuicio que esto acarrea. Y es que por todos es sabido que quien con niñatos se duerme meado se despierta.

Parte del motivo reside en la ausencia de modelos válidos que copiar. Echas una ojeada a los medios de comunicación y la mayoría de homosexuales confesos pertenecen a una especie de esperpentos excéntricos con algo más que desequilibrio emocional. Personas desestructuradas sin éxito personal ni profesional que dejan caer sus pantalones a la primera. Para los que la exagerada pluma apantalla su personalidad y que sólo dicen chorradas entre grititos extremadamente amariconados. Resultaría considerablemente homófobo por mi parte no afirmar que, como cualquier otra, no sea ésta una válida representación de nuestra sociedad. Pero para nada un único apropiado modelo a seguir por el que está convirtiéndose en hombre gay. Aparte de algún que otro político que sí le ha echado huevos al asunto, la proyección del homosexual en los medios des-informativos, qué quieres que te diga, deja muchísimo que desear.

Las personas somos animales que construimos nuestra idiosincrasia copiando aquellos modelos que dejaron huella impresa en nuestro ser. Profesores emblemáticos, tías modernas y liberales que alcanzaron el éxito, personajes mediáticos o estupendos pensadores y escritores cuyas opiniones o gestos nos parecieron atractivos. Durante nuestro desarrollo, lo ideal hubiese sido todo tipo de modelos que sirvieran como horma donde ir ajustando el cuero del que estamos hechos. Pero cuando no hay modelos, cuando tu pieza no encaja en ningún hueco, se produce una angustiosa sensación de pérdida. Entonces das palos de ciego e inevitablemente interpretas papeles desatinados que para nada se ajustan a lo que quisieras conseguir de ti mismo.

Te habrás fijado, la mayoría de los maduros hombres gays sufrimos de inestables relaciones sentimentales, somos exageradamente promiscuos, salimos demasiado de fiesta, vestimos en desacuerdo con nuestra edad y padecemos de patológico miedo a la vejez. Desgraciadamente, esto consigue convertirnos en caricaturescas marionetas como cómica representación de nosotros mismos.

Quizá lo ideal sería alejarnos de nuestra sociedad. Irnos a Helsinki, por ejemplo. O a cualquier otro lugar cuyos vigentes modelos nada tengan que ver con los nuestros. Para observarnos desde allí, a esa distancia. Acaso ayudaría a sacarnos este disfraz de adolescente e impulsaría el cosido del traje con que vestir, a partir de ahora, nuestra preciosa madurez.

Fuente: http://www.only-apartments.es/noticias/viejos-ninatos-del-mundo-gay/

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