jueves, 13 de enero de 2011

El Barato: Un oasis en el desierto de la sinrazón

SINOPSIS

El Barato es uno de esos antros a los que nunca entrarías si no fuese por la sorpresa que te espera tras la puerta que hay al fondo. Te explico, a primera vista parece un simple bar de barrio, de esos en los que lo normal es una pantalla con aburrido fútbol, mugre por todo lado y personas abandonadas conversándole a su copa hasta el culo de alcohol de alta gradación. En principio nada atractivo, pero es ciertos días de la semana, en concreto sábados y domingos por la mañana, cuando El Barato funciona como after y se da la vuelta, cobrando protagonismo el ambientazo generado a partir de esa puerta corredera tras la que uno podría pensar que tan sólo hay un desordenado almacén.

El Barato: Un oasis en el desierto de la sinrazón

Nada más lejos de la realidad, en esos días a esas horas esa puerta esconde un caluroso imaginario en el que todo es posible. Miles de cuerpos sudando al ritmo marcado por los djs residentes fieles a este local.

Contactos a primera vista, sed de drogas y sexo, juventud desarbolada dejándose hacer y haciendo lo que sus instintos marcan. El Barato es ese lugar tan deseado en el que se dan cita todos los ambientes.  Conviven el militar y el policía con el punkarra y el anarka, el gay y la lesbiana con el hetero y la beata, la moderna fashion victim con la clásica conservadora, el sucio y harapiento con el extremadamente limpio y arreglado. En fin, ese punto de encuentro tan necesario en el que personas y sólo personas comparten inquietudes en la desinhibición del colocón. Sí, un oasis que te brinda la esperanza de un mundo posible en este desierto de aburrida homogeneidad pactada en la que se ha convertido esta ciudad.

Como debe de ser, El Barato marca ciertas pautas de conducta que todos hemos de respetar, aunque el subidón te haga creer que todo vale. Acude tranquilo y disparátate una vez cruzas su puerta; respeta a todo el mundo, pero fáltaselo a quien te lo pida a gritos; ponte hasta las cejas, pero nunca lo hagas en grupo metidos en el lavabo y no te apalanques en la puerta del bar porque del respeto a los vecinos depende su futuro. En El Barato cabemos todos, pero está reservado el derecho de admisión y si no respetas no te respetan, vamos, que serás pagado con tu propia moneda. Para eso ya se encargan sus responsables que, sin ser la alegría de la huerta, hacen alarde de infinita paciencia para mantenernos a raya dando a cada uno de su propia medicina.

Si tienes pensado venir por esta ciudad déjate caer por el Barato una vez que la mañana te agarre deambulando por esta ciudad. Por experiencia te digo que la diversión sin límite de un lugar plural te espera tras esa puerta.

Fuente: http://www.only-apartments.es/noticias/after-barato-barcelona/

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